Antes de que nos Olviden
“Los mexicanos nacemos donde nos da la rechingada gana”, expresó alguna vez con vehemencia la hoy extinta cantante nacida en Costa Rica – pero naturalizada mexicana –, Chabela Vargas. Y esta otra celebridad de apellido Vargas nacería en la tierra que diera origen al mariachi, a la charrería y a los magníficos paisajes adornados por verdes agaves con los cuales se produce el mundialmente famoso tequila: Jalisco – cuna de nuestra mexicaneidad –. La ciudad fue Ocotlán y la fecha el 04 de marzo de 1923.
Tristemente, muchos detalles sobre la vida de este gran pelotero se han perdido en las arenas del tiempo y su recuerdo se ha ido erosionando paulatinamente de la memoria colectiva de la afición beisbolera. Lo que sí sabemos a través de las muy pocas fuentes existentes, es que este beisbolista, de nombre Salvador Vargas – mejor conocido en aquel entonces como ‘Rata’ Vargas –, creció jugando béisbol en los campos baldíos de su natal Ocotlán. Muchos de esos campos hoy ya no existen y sólo unos cuantos conservan la memoria de aquellos días. Sin embargo, quizás haya quienes aún recuerden a Nino Jaramillo – creador de la primera Liga de Béisbol en Ocotlán –. Esta Liga fue el origen muchos peloteros destacados, entre ellos el protagonista de esta columna.
Vargas comenzó a destacar en el béisbol amateur a muy temprana edad. En la Liga Ocotlense jugó béisbol con los equipos Estopa y Aceite de la Estación y Nestlé – empresa en Ocotlán que hoy en día genera una derrama económica de 5,600 millones de pesos anuales –. Según una investigación de Felipe Romero y Saúl Mendoza, varios parques y unidades deportivas vieron jugar al joven jalisciense, como el parque Nestlé – hoy Colegio Colón de Ocotlán –, así como el Cantarranas y el Celanese.
En 1941, Vargas jugó con los Camioneros del Sutaj – donde también fue cobrador –, en un conjunto conformado por Juan García, ‘Lupillo’ López, Antonio Navarro y ‘Agustinillo’ López. Gracias a este equipo, Vargas dio el salto a la zona centro y posteriormente a la Liga Mexicana de Béisbol. En el tradicional circuito alineó con los Rojos del México – hoy Diablos Rojos – en la temporada de 1944 y bajo el mando de Ernesto Carmona. Ahí se desempeñó como segunda base, tercera base y short stop, pasando su estancia con jóvenes novatos como su paisano, Jorge ‘Chorejas’ Bravo, Toño Navarro, Filomeno ‘Memo’ Ríos, Vinicio García y Manuel Magallón.
Regresó en 1945 a los Rojos junto a otros famosos como Miguel Arvizu, Ray Dandridge, Manuel Ríos y Theolic Smith. El equipo terminó en cuarto lugar y a ochos juegos del ganador, los Alijadores de Tampico – equipo dirigido entonces por Armando Marsans y que contaba con grandes talentos como Santos Amaro, Ángel Castro, Cocaína García, Manuel ‘Negro’ Morales y Bonnie ‘Grillo’ Serrel, entre otros –.
Ese invierno, Carmona lo envía a la Liga de la Costa del Pacífico, donde se une a los Ostioneros de Guaymas, quienes fueran dirigidos por Agustín Bejerano. El equipo debuta con éxito, venciendo dos de tres juegos a Culiacán en la primera serie del campeonato y convirtiéndose rápidamente en uno de los favoritos. Al final de la contienda, la escuadra queda en segundo lugar debajo de Mazatlán. En los últimos momentos de la primera temporada de la Liga de la Costa, Salvador ‘Rata’ Vargas representó a Sonora contra la selección de Sinaloa en el primer Juego de Estrellas, alineando junto a Agustín Bejerano (8), Alejandro ‘Cabezón’ Uriarte (6), Bill Wright (7), Herman Reich (3), Thomas Turner (9), Louis Louden (2), Ramón Mendoza (4) y Manuel Echeverría (1). Sinaloa ganaría ese encuentro con homerun de Magallón al son de 11 carreras por 6.
Vargas regresa al México en 1946 – año en que Jorge Pasquel se convierte en presidente de la Liga –. El equipo se fortalece con el talento de Manuel Arroyo, Jorge ‘Chorejas’ Bravo, Luis ‘Texano’ Castro, Ray Dandridge, Alfonso ‘La Tuza’ Ramírez, entre otros. Junto a ellos, el equipo queda como subcampeón de la Liga frente a los Alijadores de Tampico, quienes conquistan el bicampeonato.
Lamentablemente, Vargas queda fuera de la segunda temporada de la Liga de la Costa del Pacífico un 24 de noviembre de 1946 (en la serie no. 6) al sufrir una rotura de la tibia en barrida a home – siendo el segundo short stop titular en perder la temporada de esta manera después de Miguel Arvizu –. Aún a pesar de ello, Guaymas gana el partido con 8 carreras sobre 4 y con victoria para ‘Músico’ Estrada. Recuperado de su lesión, Vargas es invitado a seguir con el México en la temporada del 47 – esta vez dirigidos por Ray Dandridge –, quedando el equipo en segundo lugar y a 8 juegos del campeón Monterrey.
Con el México del 48 tuvo como manager a Manuel Arroyo. El equipo, que vio a destacados peloteros como Felino Cárdenas, Juan Conde, Héctor Lara, Alfonso ‘La Tuza’ Ramírez, Theolic Smith, Fermín ‘Burbuja’ Vázquez y Gilberto ‘Gilillo’ Villarreal, quedó con récord de 44-44 y compartió el cuarto lugar junto al Veracruz y a 7.5 juegos del campeón Monterrey. ‘El Shorty’ Arroyo se llevaría a Vargas como su catcher al equipo de los Tacuarineros de Culiacán en la cuarta temporada de la Liga de la Costa del Pacífico – año en que comienzan los grandes éxitos de la escuadra guinda y que la llevarían a ser una de las mejores en los 13 años de este torneo –. Ahí Vargas llegó a la fama en el béisbol invernal por sus habilidades como receptor.
Con el ingreso de Jalisco a la Liga Mexicana de Béisbol en 1949 – gracias al patrocinio del Sr. Miguel Cintrón y a la organización de Salvador ‘Sahuayo’ Jiménez –, el equipo representante de esta entidad se nutrió con talento tapatío y jalisciense, como Alfonso ‘La Tuza’ Ramírez, Jorge ‘Chorejas’ Bravo, Antonio Navarro, Leopoldo ‘Gata’ Padilla, Blas ‘Máscara’ Guzmán y Salvador ‘Rata‘ Vargas. En su debut, el equipo terminaría en tercer lugar en la segunda vuelta y a 7 juegos de Torreón, quien perdió contra el campeón Monterrey. Después del buen año para los Charros de Jalisco, vinieron un par de malos años y el béisbol profesional en esta entidad desapareció en 1953, cuando el conjunto cambió su franquicia a la capital del país, siendo conocido con el nombre de Anahuac. Con sólo un paréntesis en la temporada de 1951 – donde alineó por última vez con el México –, Salvador Vargas permanecería fiel al equipo hasta el final.
Fue incluso en el invierno que ‘Rata’ Vargas jugaba para Jalisco. Ya en 1953 cachaba para los Medias Azules de Guadalajara – dirigidos por Adolfo Luque y posteriormente por José Luis ‘Chile’ Gómez –. Ahí compartió escena con Indian Torres, Ramiro Cuevas, Aurelio Espericueta, Marvin Williams, Benjamín ‘Papelero’ Valenzuela, Santiago ‘Dumbo’ Ayala, y un joven llamado Miguel Sotelo. El equipo regresaría en 1954-55 con el nombre de los Charros de Jalisco, mismo que fue una vez más dirigido por ‘Chile’ Gómez.
Con la salida de Jalisco de la Liga de la Costa del Pacífico, ‘Rata’ Vargas llega a los Cañeros de Los Mochis en 1955, equipo en el cual concluye su paso por el legendario circuito invernal. Sus últimos años en el béisbol profesional de alto nivel los pasaría en la Liga Central con los Rieleros de Aguascalientes (1955 y 1956), así como con los Alacranes de Durango (1956).
Luego de que su carrera en el béisbol profesional terminara, Vargas siguió jugando en los 60s con el equipo que lo viera nacer: el Sultaj. Posteriormente se uniría en los años 70s a la Liga de Veteranos – presidida nada menos que por Alfonso ‘La Tuza’ Ramírez – donde se reuniría con sus paisanos y grandes amigos, Jorge ‘Chorejas’ Bravo, Enrique ‘Bacatete’ Fernández, Ramón ‘Cuñao’ Ortega, Alberto ‘Coty’ Leal, y el mismo Ramírez. El manager de esta novena era el llamado padre de los Charros, Salvador ‘Sahuayo’ Jiménez.
La vida de Salvador ‘Rata’ Vargas llegó a su fin un 26 de mayo de 1980. Víctima de un paro cardiaco, Vargas falleció en el Centro Médico de Occidente en Guadalajara, Jalisco. Sólo unas cuantas líneas fueron publicadas al día siguiente en el diario ‘El Informador’ para informar sobre su triste deceso. Un respetuoso minuto de silencio se guardó durante el intermedio del juego entre la Preselección de Jalisco y el Guadalajara en el Estadio ‘Jorge Hernández Loza’ el 30 de mayo de ese mismo año a manera de homenaje.
Tristemente, ha sido muy poca la información que hemos logrado recavar sobre este gran pelotero, por lo que este escrito se ha enfocado a reportar brevemente sobre su destacada trayectoria en el béisbol mexicano. Por ello es que reiteramos nuestro compromiso de dedicar esta columna para continuar documentando la vida de estos grandes, contribuyendo así a que su memoria no se pierda en la inclemencia del tiempo.
“Antes de que nos olviden, nos evaporaremos en magueyes… y subiremos hasta el cielo… y bajaremos con las lluvias.” (Hernández, 1990). No todos nos hemos olvidado de Usted, Sr. Vargas. Habemos aún muchos que atesoramos todos sus grandes momentos.