El Beisbolista más Longevo – Parte 2 de 2

CONTINUACIÓN DE LA SEMANA ANTERIOR.

Boca del Río, Veracruz. Es el 2 de julio de 2014. Es éste el día en el cual el gobierno del Estado de Veracruz, representado por el Instituto Veracruzano del Deporte, decide hacer uno de los muchos homenajes a la trayectoria deportiva del afamado ex beisbolista Pedro ‘Charrascas’ Ramírez Guerrero.

Teniendo al parque deportivo universitario ‘Beto Ávila’ como escenario y aprovechando una pausa al término de la quinta entrada del segundo juego entre los Diablos Rojos del México y los Rojos del Águila, el maestro Luis Weller Schaffer narró una semblanza para recordar la carrera del ex pelotero veracruzano. Destacó en su discurso aquella temporada de 1952, cuando ‘Charrascas’ Ramírez contribuyó para que los Rojos del Águila conquistaran el campeonato, bateando para .355, con 19 cuadrangulares y 74 carreras producidas.

“Me siendo orgulloso de haber portado esta camiseta del Águila”, expresó emocionado Ramírez, quien por aquellos años cumplía los 93 años de edad. “Representé siempre con orgullo a Veracruz en el deporte y espero que todos los niños hagan lo mismo, que practiquen deporte, sin tener vicios, como me mantuve yo, por eso es que me siento bien en todos los sentidos.”

Como retribución a su legado con el tradicional equipo porteño, y en compañía de su familia y amigos, ‘Charrascas’ Ramírez recibió de manos de Rafael Cuenca Reyes, del manager Eddie Castro y de la directiva de los Rojos del Águila una constancia que certifica el retiro del número 34, su número, del equipo. “Un homenaje muy bonito”, compartiría en entrevista con el Salón de la Fama.

De aquel campeonato tan lejano, Ramírez recordó: “Fue un gusto tener a varios compañeros en el equipo, todos nos unimos para hacer un buen papel, para el señor Santos Amaro [manager del equipo]; le dimos alegría, jugábamos a gusto, era una buena persona, sabía de beisbol y nosotros tratábamos de rendir lo más que pudiéramos.” Sus compañeros en esa novena serían peloteros como Lino Donoso, Mario Ariosa, Carlos Blanco, Guillermo López, Manuel Fuentes, René González, Guillermo Álvarez, Santos Amaro y Pedro ‘Charrascas’ Ramírez, quien, a sus 31 años, para ese entonces ya había dejado atrás su etapa como pitcher para concentrarse en el bateo.

“El béisbol era muy duro, con parques con torres de alumbrado que parecían veladoras; con pelotas, spikes y guantes que casi no servían y, en general, en una época en que todos sentíamos que jugábamos en tiempos de guerra…”. “¡Ah… pero la afición cómo nos daba dinero cuando pegábamos de jonrón o nos convertíamos en los héroes de la jornada!”. Uno de esos tantos que le daría una recompensa económica por su poder al bat sería su paisano, el afamado compositor Agustín Lara.

Los Rojos del Águila terminaron la temporada de 1952 con récord de 57-33, con 9 juegos de ventaja sobre el Unión Laguna de Torreón. En ese año, el cubano René González se convirtió en el cuarto jugador de la historia de la liga en ganar la Triple Corona de Bateo al terminar con .370 de porcentaje de bateo, 84 carreras producidas y 21 cuadrangulares, mientras que Lino Donoso rompería el récord de más ponches en una temporada (235) – cifra que permaneció hasta 1966 –.

No sería la primera vez que Ramírez fuera parte de un equipo triunfador. Ya en el comienzo de la Liga de la Costa del Pacífico, ‘Charrascas’, debutando con los Venados de Mazatlán, levantaría junto a su equipo el primer trofeo (1945-46) del mejor circuito invernal de la época. Con un roster consistente de José Dolores Virgen y Laureano Camacho en la receptoría; Manuel Magallón en primera; Vinicio García en segunda; Ángel Díaz en tercera; ‘Pepe’ Gutiérrez en las paradas cortas; Jesús Llamas, Carlos ‘Cartucho’ Regalado, ‘Memo’ Garibay, Ramón Díaz y ‘Manolo’ Fortes en los jardines; así como un cuerpo de pitcheo constituido por ‘Lupe’ Ríos, Gilberto ‘Borrao’ Garza, Amadeo Lozano, Florencio García, Tomás Cañedo, ‘Manolo’ Fortes y Daniel ‘Coyota’ Ríos, el lanzador ‘Charrascas’ ayudó al equipo de los Venados a ocupar el primer lugar en el ranking a partir de la séptima serie del torneo.

De su faceta como pitcher, ‘Charrascas’ recordó en entrevista con Jesús Alberto Rubio Salazar su jornada de 14 partidos ganados con el Torreón en 1946. Ese mismo año, el veracruzano sería también llamado para jugar en Caracas, Venezuela.

Otro gran momento en su carrera se daría en el año de 1948, jugando con los Pericos de Puebla en la Liga Mexicana. Se jugaba un partido contra los Diablos Rojos del México y Alfonso ‘La Tuza’ Ramírez tenía en la bolsa el partido, ganando 2-1 en el noveno episodio. Sin embargo, con dos hombres fuera y uno en base, ‘Charrascas’ es llamado al bat y, sin gran esfuerzo define el partido por la vía del jonrón al enviar la pelota atrás de la barda. La fanaticada irrumpió en el terreno de juego y cargó en hombros a Ramírez por dentro y fuera del estadio.

Estando jugando en una liga regional en Alvarado (ca. 1949), y con su carrera como pitcher habiendo llegado a su fin – se lastimó el brazo fildeando –, ‘Charrascas’ se encontró en Poza Rica con ‘Molinero’ Montes de Oca, quien en esa época militaba con el Águila de Veracruz. “Te voy a recomendar con ‘El Taco’ Martínez (manager)”, le dijo. Más tarde recibiría una llamada de la directiva del Águila. “Te vamos a dar oportunidad, pero a prueba”, le dictaron. “Llegué y bateee arriba de 300.”

Con el Águila, Ramirez militaría durante 10 campañas a lo largo de su carrera (1942-44, así como 1947, 1949-50 y 1952-1955). Un altercado con el pitcher y primera base cubano, Raúl Galata, lo hizo retirarse del equipo rumbo a Saltillo, a la Liga Central, en el año de 1955.

“Estuve en Saltillo, fui campeón bateador”. Con los Saraperos de Saltillo (1956-57), Ramírez ayudó al equipo a ganar el campeonato de 1956 de la Liga Central.

Molinero Montes de Oca era también el manager de Los Mochis en la Liga de la Costa durante la Temporada 1949-50. “Te voy a llevar conmigo a Los Mochis”, le propuso. Ahí se reuniría con estrellas de la talla de Manuel ‘Popeye’ Salvatierra, Raúl Navarro, Bob Clear, Felipe ‘Burro’ Hernández, ‘Mulo’ Alvarado, Felipe Montemayor, John Ray, ‘Pollo’ Lozano, Vinicio García, Héctor ‘Comadre’ Leal, ‘Memo’ Luna, Celso Zendejas, ‘Kelo’ Cruz y Bob Richardson.

Sin embargo, todo esto no fue suficiente para detener a Culiacán en su camino hacia el bicampeonato. Los Mochis estaba a sólo un juego de coronarse, con la serie final a 3-1 en favor de los verdes. Sin embargo, el equipo, sorprendentemente, terminaría perdiendo los últimos tres juegos. “En el sexto juego (segundo partido del domingo), pudimos habernos coronado: ganábamos 3-2 con ‘Memo’ Luna en la loma, pero un “bombeadito” del ‘Chorejas’ Bravo atrás de la primera base, ya en la novena, le dio el triunfo (5-4) a los Culichis. Al siguiente día, ‘Molinero’ le dio la pelota a Luna y caímos 5-2 y adiós título.” ‘Charrascas’ Ramírez afirmó que ‘Molinero’ “se pasó de confiado”, ya que Luna no tenía ni un día de descanso. “Se la jugó… y perdimos”.

A pesar del final amargo, Ramírez concluiría la temporada como líder de carreras empujadas (33) – siendo por cierto la cantidad más baja con la que un líder se corona en la Liga del Pacífico –. “La verdad que yo no esperaba esos pitchers y con esa pelota […] Con la pelota Rabbit, el que daba más de 10 jonrones era tremendo bateador. En la Liga de la Costa era pura bola Rabbit.” Además, fue en esta ciudad cañera donde conocería a su esposa de toda la vida, Aída Medina Mendiola. “Me tocó una buena mujer. Una gran esposa.”

Un año más tarde, ‘Charrascas’ Ramírez sería coronado como campeón bateador con promedio de .343. Defendiendo de nueva cuenta a Los Mochis, compartió el liderato de jonrones con Lou Ortiz de Mazatlán con 10 y empató el primer lugar en carreras producidas con Claudio Solano de Guaymas.

Después fue invitado por la familia Robinson Bours para Ciudad Obregón. “Con Obregón me fue muy bien”, le expresó al Ing. Francisco Padilla y a Edgar Quintero. “Me recibieron como una cosa grande, y gracias a Dios batee bien.” Con el equipo sonorense, Ramírez sería campeón de carreras producidas en tres años consecutivos y sería mentor de dos nacientes estrellas: ‘Moi’ y ‘Ronnie’ Camacho.

Jugando en el viejo estadio de Mazatlán y vistiendo la casaca de Cd. Obregón, Ramírez conectó en 1953 tres cuadrangulares en un solo juego. Pudo haber producido un cuarto, pero en su cuarto turno al bat, la pelota pegó sobre la barda y se devolvió al campo, siendo puesto out en la segunda base, de modo tal que junto con el americano Barney ‘Grillo’ Serrell pudo haberse convertido en aquella época en el primer mexicano en pegar ¡cuatro jonrones en un partido!.

Sin embargo, su estancia en Obregón fue truncada debido a rencillas en el equipo. “Me encontré con un cubano, Conrado Pérez, que había estado conmigo en Torreón. Me decía: – Oye Charrascas, con lo que tú bateas, ¿para qué pitcheas? -. Fue mi enemigo número uno. Hasta nos peleamos en el autobus.”

Finalmente, en 1957, y debido a una grave enfermedad que aquejaba a su padre, Ramírez abandonó la Liga de la Costa del Pacífico para siempre. “Estuve con mi padre muy grave, y en la mañana en que falleció, recibí un telegrama de Obregón, en el que me daban las gracias […] Por ello, opté por dejar el béisbol y meterme a trabajar.” Así fue como Ramírez comenzó a trabajar en Petróleos Mexicanos en su natal Veracruz. Tenía 37 años cuando su ilustre carrera llegó a su fin. Probablemente pudo haber jugado por una o dos temporadas más de béisbol profesional, pero tal fue la tristeza por el fallecimiento de su padre, que Ramírez decidió no volver a jugar.

 Un par de décadas más tarde y como reconocimiento a su impresionante carrera en los mejores circuitos de béisbol en México, el Salón de la Fama lo entronizaría junto a figuras como Jorge Fitch, Rodolfo ‘Rudy’ Sandoval y Jack Pierce en una magna ceremonia en 2001.

“He vivido una vida como Pancho López: como un ciclón”, expresó a sus entrevistadores del Salón de la Fama con motivo de su cumpleaños número 102.

De parte de Primer Bat, felicitamos al beisbolista más longevo, el legendario Pedro ‘Charrascas’ Ramírez, por su cumpleaños.