El béisbol lo voy a traer siempre dentro de mi corazón
Muy triste fue la noticia que nos llegó el pasado viernes sobre el sensible fallecimiento de Miguel ‘Don Miguelito’ Arvizu, uno de los más destacados shortstops de la Época de Oro del Béisbol Mexicano. A sus 99 años de edad, Arvizu dejó este mundo el 10 de marzo de 2022 por causas naturales en la ciudad fronteriza de Somerton, Arizona. “Ya no está con nosotros, se fue en paz, sin dolor y sin sufrimiento…” “Vivió sus últimos días en este mundo en paz”, compartieron con la comunidad su hijo Jorge Arvizu, así como su nuera, Maggie Arvizu Abundiz.
Nacido un 16 de agosto de 1922 de la unión matrimonial de Don Isidro Arvizu y Doña Luz de Arvizu, Miguel Arvizu se convirtió en el primer beisbolista profesional proveniente de la gran cuna de peloteros conocida como Magdalena de Kino, Sonora. Se interesó por el béisbol a muy temprana edad, practicándolo junto a los atletas más destacados de su pueblo. Con talento y dedicación sin igual, Arvizu logró sobresalir rápidamente. Fue en 1937 cuando el equipo de Hermosillo, Sonora, lo invitaría a participar con ellos en el viejo estadio conocido como ‘La Casa del Pueblo’ – mismo que posteriormente sería nombrado ‘Fernando M. Ortiz’ en homenaje póstumo al gran empresario impulsor del béisbol de Sonora –. Fue el gran ‘Pachuco’ Villa quien lo invitara también a jugar con Culiacán junto a un equipo con una gran alineación, constituido por Alfonso ‘La Tuza’ Ramírez, ‘Memo’ Garibay, Fidel Reséndiz y José Luis ‘Chile’ Gómez. Ahí participaría hasta 1943. Cabe mencionar que fue precisamente debido a una lesión de Miguel Arvizu durante su tiempo con esta escuadra lo que le concedió la oportunidad a mi abuelo, ‘Gilillo’ Villarreal, de entrar al equipo Culiacán del ‘Pachuco’. El mismo ‘Chile’ Gómez sería quien le extendería la invitación al joven shortstop, quien jugaba entonces en el club ‘Orabá’ – novena fundada por el futuro presidente del poderoso club de los ‘Tacuarineros’, Enrique Peña Bátiz –.
En entrevista con José Urías, Arvizu reveló haberse unido en 1943 a los Rojos de Santa Rosalía, Baja California Norte, donde tuvo como compañeros a excelentes jugadores como Luis ‘El Texano’ Castro, ‘El Pis’ Vázquez, ‘El Sordo’ Tavisón y Manuel ‘El Indio’ Nevarez. De regreso en la Liga Sonora en el año de 1944, el umpire de la Liga Mexicana, Manuel ‘Conchas’ Castro, lo invita a participar en el circuito de mayor tradición en el béisbol nacional. Fue así como Miguel Arvizu viaja a la Ciudad de México para entrar en las filas del prestigioso equipo de los Azules de Veracruz, propiedad del famoso empresario Jorge Pasquel. Ahí se unió a personajes como Agustín Bejerano, Ramón Bragaña, José Luis ‘Chile’ Gómez, Pedro ‘Charrascas’ Ramírez, Willie Wells y el manejador Roger Hornsby – reconocido shortstop de Ligas Mayores –. Después de 34 apariciones, Arvizu es transferido a los Diablos Rojos del México, alineación manejada por el legendario Ernesto Carmona. En su primera actuación con este equipo, Arvizu recuerda haber producido cuatro imparables, teniendo como pitcher contrario a nada menos que a Ramón Bragaña – quien fuera previamente su compañero con los Azules de Veracruz –. Posteriormente, Manuel Hernández invita a Arvizu y al ‘Texano’ Castro a participar con el equipo ‘Maya’ de Mexicali, Baja California Norte, continuando en 1945 con los Rieleros de Empalme de la Liga Sonora.
En 1945, Arvizu regresa a las paradas cortas de los Diablos Rojos, donde juega junto a leyendas como Ray Dandridge, Tommy de la Cruz, Alfonso ‘La Tuza’ Ramírez, Theolic ‘Fireball’ Smith, Salvador ‘Rata’ Vargas, Marvin Williams, entre muchos otros. En entrevista con Héctor Larios, Arvizu relató sobre aquella ocasión en que José Luis ‘Chile’ Gómez lo presentó en esa época con una de las grandes figuras del cine mexicano: Pedro Infante. Pedro, acompañado por su primera esposa, María Luisa León, le compró a Arvizu una chamarra guinda con sus iniciales bordadas al frente, ‘MA’. Lamentablemente, Arvizu sin querer regaló esta prenda a un indigente de la Colonia Narvarte, hogar del tradicional Parque Delta. A inicios de 1946, Arvizu participa con los Santos de Santa Ana de la Liga Norte de Sonora. Posteriormente se integra a las filas del equipo ganador de la primera temporada de la Liga de la Costa del Pacífico (LCP), Mazatlán. Al mando del cubano Manolo Fortes, Arvizu juega junto a muchos grandes de la pelota como Daniel ‘Coyota’ Ríos, Guadalupe ‘Lupe’ Ortegón, Guillermo ‘Memo’ Garibay y Epitacio ‘La Mala’ Torres, entre otros.
1946 fue también el año de una gran tragedia para su carrera profesional. Un 27 de octubre, en el marco de la segunda serie de la entonces segunda temporada de la LCP, Mazatlán se enfrenta a Hermosillo. En la tercera entrada, el norteamericano Art Lilly – perteneciente a los Queliteros –, lo lesionó gravemente en una sucia barrida. Los spikes de Lilly se clavaron en la pierna de Arvizu, fracturándole la tibia y el peroné. Su manager Manolo Fortes y otros compañeros retiraron el dolido cuerpo del talentoso jugador entre gemidos de dolor. Entre los aficionados presentes se encontraba también el ex-Presidente de la República, Abelardo L. Rodríguez. Al día siguiente, Arvizu regresa al estadio con la pierna derecha enyesada y en muletas. Como era de esperarse, la lesión provocó que Arvizu perdiera la temporada. Se dice que nunca volvió a ser el mismo después de esa terrible fractura.
Después de su rehabilitación, Miguel Arvizu se une a los Dorados de Chihuahua, donde juega hasta 1949. En 1951 es invitado por Don Manuel Gómez a participar en el equipo ‘La Tienda Gómez’ de Tijuana, Baja California, donde siguió dando una gran actuación tanto a la defensiva como al bateo. De 1950 a 1956 participa en la Liga Norte de Sonora con los Membrilleros de su natal Magdalena, – el equipo campeonísimo de esta liga – teniendo de compañeros a figuras como Francisco «Chico» Gallego, Manuel «Mantecas» Urrea, Armando Germán Castro, Justino «Tino» López, Alejandro «Chapo» Acosta, Ramón «Monito» Otero, Ramón «Viejo» Otero, entre otros. En esta escuadra se desempeñó como parador en corto y como manejador del equipo. El equipo conquistaría el campeonato en la campaña de 1956. Fue en 1969 cuando Javier ‘Vitaminas’ Espinoza le pide que participe como coach de los Algodoneros de San Luis Río Colorado en la Liga Norte de Sonora. Ahí se reúne con el tercera base, Manuel Miranda Pino, con el cual comparte la temporada de 1969.
Después de su retiro del béisbol profesional, Arvizu se dedicó por mucho tiempo al oficio de sobador y también a la pintura de casas y negocios. Receptor de múltiples reconocimientos y conocido por su don de gente, Miguel Arvizu hizo gran amistad con Don Rafael ‘Failo’ Leyva – ex alcalde de San Luis en los años 60 del siglo pasado –, así como con el legendario cronista deportivo, Pedro ‘El Mago’ Septién. Fue inmortalizado en el Salón de la Fama del Deportista Sanluisino un 13 de enero de 2018. Lúcido durante toda su vejez, ‘Don Miguelito’ – como era conocido tanto en San Luis Rio Colorado, Somerton (Arizona) y Yuma (Arizona) – le confesó al periodista Héctor Larios: “El béisbol lo voy a traer siempre dentro de mi corazón”.
Nuestro más sentido pésame a sus hijos Jorge y Carlos Arvizu Villa, así como a su nuera Maggie Arvizu Abundiz. Descanse en paz, uno de los grandes personajes del béisbol del noroeste mexicano.