Caminos de la Vida

Según varias fuentes, son sólo poco más de 130 los mexicanos que, desde 1933, han sido llamados a Grandes Ligas en la historia del béisbol americano. Desde Baldomero Almada, José Luis ‘Chile’ Gómez, Roberto Ávila, Fernando Valenzuela, Aurelio Rodríguez, Teodoro Higuera, Vinicio Castilla, hasta Roberto Osuna, grandes han sido los talentos provenientes de México que han desfilado en el mejor béisbol del mundo. Sin embargo, ninguno ha tenido una estancia tan larga como el paisano Óliver Pérez, lanzador de origen sinaloense que se ha convertido en el primer pelotero de origen mexicano – y dicho sea de paso, el cuarto lanzador nacido en Latinoamérica – en llegar a jugar 20 temporadas en la MLB.  

Sólo tres lanzadores latinoamericanos han logrado permanecer por 20 temporadas o más en la Gran Carpa: Adolfo Luque (20 temporadas; 1914-1935); Dennis Martínez (23 temporadas, 1976-1998); y Bartolo Colón (21 temporadas, 1997-2018). Oliver Pérez, hoy de 41 años, terminó su tiempo en Grandes Ligas en la pasada temporada de 2022 junto a los Arizona Diamondbacks con récord de 1 victoria y 1 derrota. Asímismo, el zurdo anunció que la temporada 2022-2023 sería la última de su carrera como beisbolista profesional; y qué mejor forma de hacerlo, que jugando en la mejor liga de béisbol invernal en México al lado de los Toros de Tijuana y de los Tomateros de Culiacán.

Nacido en Culiacán, Sinaloa un 15 de Agosto de 1981, Pérez – también conocido como ‘El Paisa’ –, dio sus primeros pasos en este deporte en la Liga Infantil de Béisbol ‘Culiacán Recursos’ – al igual que Joey Meneses, Julio Urías y Jorge ‘Chato’ Vázquez -, mientras cursaba sus estudios en el Cobaes. Siendo muy joven, viajó a Yucatán con el propósito de conseguir una de sus primeras oportunidades en el béisbol amateur, participando en la Liga de Primera Fuerza de la Colonia Dolores Otero. Estando en esta entidad mexicana, Pérez fue firmado por Los Leones de Yucatán en el año de 1997, quedando bajo el mando del coach Roberto Pérez. Abriéndose camino en el medio, Pérez ingresó ese mismo año en la Academia de la Liga Mexicana de Béisbol en El Carmen, Nuevo Léon – misma que encontraría en él a su primer egresado en ser llamado a Grandes Ligas –.

De su época con los Leones de Yucatán, Mario Peniche, Coordinador de Deportes de Sistema Tele Yucatán, recordó: “Me parece que para los Leones de Yucatán es un gran orgullo haberlo detectado y firmado cuando aún era un adolescente. El club tiene dos historias similares de peloteros que salieron de la organización para dar el gran brinco y jugar en Ligas Mayores. En 1979, fue Fernando ‘El Toro’ Valenzuela, quien de los Leones fue firmado por los Dodgers de Los Ángeles; y en 1999 Óliver Pérez, quien de los Leones pasó a los Padres de San Diego”.

Fue un 4 de marzo de 1999 cuando San Diego firmó al novato sinaloense, integrándolo al sistema de ligas menores, donde permanecería por tres años. Fue al año siguiente cuando Pérez debutaría también en la Liga Mexicana de Béisbol, temporada en la cual tuvo marca de 3-2 y efectividad de 4.36 en 11 salidas, seis de ellas como abridor.

Luego llega, a la edad de 20 años, su primera actuación en Grandes Ligas. La fecha fue el 16 de junio de 2002, cuando ‘El Paisa’ se enfrentó a los Marineros de Seattle portando el uniforme de los Padres de San Diego. Ahí estaría en duelo con el veterano Jamie Moyer. De este momento, Gaspar Silveira, periodista del periódico El Diario de Yucatán, comentaría: “Cuando debutó en las Grandes Ligas en 2002, seguimos el juego en la televisión acá en Yucatán. Estábamos ansiosos de verle y cuando ponchó a Ichiro Suzuki, el primer bateador al que enfrentó como ligamayorista, todos pensamos al mismo tiempo en una frase muy común, pero cierta: misión cumplida”. Hace ya 20 años de ese momento, y el culichi terminaría jugando en 703 juegos, con 74 victorias y 94 derrotas y con efectividad de 4.37.

Con los Padres estuvo poco tiempo – sólo de 2002 a 2003, viendo acción en 35 juegos; con 8 victorias y 12 derrotas a su nombre –. Fue después llamado a los Piratas de Pittsburgh, donde tuvo 70 apariciones en el montículo de las responsabilidades, cosechando 21 victorias por 25 derrotas a lo largo de 4 temporadas (2003-2006). Luego sería cambiado a los New York Mets, donde sus dos mejores temporadas en Grandes Ligas estarían por comenzar… pero también una  muy deslucida época en su carrera.

Mientras que el 2006 vio al culichi lanzar para 1 victoria y 3 derrotas para el equipo neoyorquino – acumulando una efectividad de 6.38 –, la temporada de 2007 demostraría de lo que estaba hecho: en 29 apariciones en el montículo, Pérez lanzó para 15 victorias contra 10 derrotas (.600) y una efectividad de 3.56. Continuó con esta buena racha en el 2008, cuando cosechó 10 victorias contra 7 derrotas (.588) y 4.22 de efectividad en 34 apariciones.

Las temporadas de 2009 y 2010 fueron el punto más bajo de su carrera, pues permitió 85 carreras y otorgó más pasaportes que ponches (100 contra 99) en 112 innings con los New York Mets, con quienes había firmado un lucrativo contrato como agente libre – $12 millones (USD) por año y por tres años –. Serían sólo 3 victorias contra 9 derrotas en 31 juegos el récord que Pérez dejaría en esas dos temporadas con los Mets.

Preocupados por el desempeño de su caro pitcher zurdo abridor, los directivos de la gerencia de los Mets pidieron a Pérez aceptar una temporada en Ligas Menores para trabajar en su mecánica de pitcheo, incrementar su velocidad y refinar su zona de strike. Sin embargo, una cláusula en su contrato le permitía al culichi tener la última palabra. Pérez se rehusó a ser enviado a las menores – decisión que fue duramente criticada por la prensa y la afición de los Mets, equipo que terminó con un caro roster de 24 jugadores –.

Al final, los Mets terminaron su contrato y lo retiraron del equipo – aceptando, con ello, pagar los $12 millones (USD) que le debían para la próxima temporada 2011 – y Pérez terminó sin jugar en Grandes Ligas en 2011. En lugar de ello, el zurdo terminó jugando en Doble-A para los Washington Nationals – es decir, un nivel abajo de Triple-A –. 

Pérez resurgió con los Seattle Mariners en 2012, y de ese momento en adelante fungió como relevista. El cambio le vino bien, acumulando 490 juegos más en Grandes Ligas, en los cuales registró un ERA+ de 121. Por el resto de la década, Pérez estaría a cargo de pitchear para uno o dos bateadores por juego, siendo bastante efectivo. No fue sino hasta que se unió a Cleveland en 2018 cuando se convirtió en un pitcher más consistente y en un relevista reconocido en la liga. Con los Guardianes, Pérez registró en 4 años un 2.57 de efectividad en 144 juegos, aunque actuando en sólo 94.2 innings.

El arribo de la regla de mínimo 3 bateadores por pitcher amenazó con terminar su carrera en Grandes Ligas. Sin embargo, Pérez continuo jugando, llegando a su última temporada 2022 con los Arizona Diamondbacks – un equipo con el que alineó en 2014 y 2015 –.

Según Tim Boyle, la carrera de Oliver Pérez en el Gran Circuito es una historia de resiliencia. A pesar de sus años opacos con los Mets, Pérez logró resucitar la segunda mitad de su carrera como pitcher relevista. Aún sin haber participado en ningún equipo All-Star o haber recibido algún reconocimiento en su carrera, el culichi logró establecerse con longevidad y firmeza en Grandes Ligas. En su última temporada de 2022, Pérez llegó a ser el segundo pitcher con mayor edad jugando en Grandes Ligas, después de Rich Hill.

Su resiliencia a pesar de los fracasos lo llevó a convertirse en el mexicano con más número de temporadas en Grandes Ligas – superando así a los fenómenos del pasado como lo fueron Aurelio Rodríguez, Fernando ‘Toro’ Valenzuela y Juan Gabriel Castro –. “Oliver siempre tuvo mucho talento, pero con su trabajo y dedicación se encargó de realizar el resto…”, concluyó Mario Peniche sobre aquel chico novato que un día encontró la puerta al béisbol profesional en el Estado de Yucatán.