Un Laurel Para Tí de Victoria

Este pasado viernes 11 de agosto de 2023, los Dodgers de los Ángeles rindieron un merecido homenaje a la carrera de uno de los peloteros más populares en la historia del tradicional club: Fernando Valenzuela. Previo al partido entre los Dodgers y los Rockies de Colorado, el número 34 de Valenzuela fue retirado en magistral ceremonia en Los Ángeles.

Antes del juego, ‘El Toro’ pasó al Ayuntamiento de la ciudad, donde el Consejo Municipal de los Ángeles emitió una proclamación especial para declarar oficialmente el 11 de agosto como el ‘Día de Fernando Valenzuela’ en la ciudad de Los Ángeles.

De esta manera, el número 34 de Valenzuela fue inmortalizado en el Dodger Stadium, donde; para siempre, formará parte de los números retirados de ‘Pee Wee’ Reese (1), Tommy Lasorda (2), Duke Snider (4), Gil Hodges (14), Jim Gilliam (19), Don Sutton (20), Walter Alston (24), Sandy Koufax (32), Roy Campanella (39), Jackie Robinson (42), Don Drysdale (53) y los narradores Vin Scully y Jaime Jarrín.

“Ser parte de un grupo que incluye a tantas leyendas es un gran honor”, expresó Valenzuela. “Para los aficionados, el apoyo que me han dado como jugador y trabajando para los Dodgers, ésto también es para ellos. Me alegro por todos los seguidores y por toda la gente que ha seguido mi carrera.”

EL INICIO DE LA LEYENDA

La historia de grandes éxitos de Fernando Valenzuela comienza un 9 de abril de 1981, cuando una lesión en la pantorrilla del pitcher de los Dodgers, Jerry Reuss, lo envía inesperadamente a loma de las responsabilidades para abrir la temporada contra los Astros de Houston. En ese momento, nadie en los Estados Unidos sabía quién era ‘El Toro’ ni de lo que era capaz. Fue tal el dominio del novato de 20 años, que terminó blanqueando a Houston, ayudando a ganar a los Dodgers con pizarra de 2 carreras a 0.

Al poco tiempo después de ese partido, Fernando se convirtió en el lanzador predilecto del manager Tommy Lasorda. Con gran trabajo del ‘Toro’, los Dodgers llegaron a la Serie Mundial contra los Yankees de Nueva York en 1981. Sin embargo, el equipo perdió los primeros dos juegos de la serie. Con dos derrotas a cuestas, ‘El Toro’, elegido para lanzar en el tercero de la serie, no podía fallar. Con su tirabuzón, Fernando apagó el fuego de los ‘Bombarderos del Bronx’, ganando el partido con marcador de 5 carreras contra 4. Inspirada, la novena angelina despertó, dándole la vuelta a la serie con otras 3 victorias al hilo. Fue así como el club de Los Ángeles se coronó como campeón del Clásico de Otoño de 1981.

En esa inolvidable campaña, Valenzuela no sólo recibió el premio al Novato del Año, sino también el mayor reconocimiento a un pitcher: el premio Cy Young, al ser considerado el mejor lanzador de la Liga Nacional.  ‘El Toro’ terminaría esa temporada con récord de 13-7, efectividad de 2.48, 180 ponches, 11 juegos completos, 8 victorias al hilo y 192 innings lanzados.

SE DESATA ‘LA FERNANDOMANÍA’

‘La Fernandomanía’ había comenzado. Ningún deportista mexicano era más famoso que Valenzuela en los 80s. Cada vez que ‘El Toro’ era llamado al montículo, los estadios se llenaban. El público latino no dejaba pasar la oportunidad de verlo y de admirar su manera tan peculiar de lanzar la esférica: con la mirada al cielo, como haciendo una plegaria antes de que la bola se despegara de su mano izquierda. Con la ayuda de su ‘screwball’, Valenzuela era capaz de ponchar sin problemas a los mejores bateadores de la Liga Nacional.

La afición mexicana no se perdía los juegos transmitidos por la televisión, mientras que el Estadio de los Dodgers estaba siempre a tope. Todos querían presenciar los lanzamientos del zurdo de Navojoa. La prensa lo buscaba por todos lados. Al no dominar el idioma inglés, la miriada de reporteros de la época tenían que entrevistarlo con apoyo de un traductor.  

La mejor temporada de Valenzuela en Grandes Ligas tuvo lugar en 1986, cuando finalizó con récord de 21-11 y con un promedio de carreras limipias de 3.14. En esa campaña, fue líder en juegos ganados (21), juegos completos (20) y bateadores enfrentados (1,102).

Convocado a 6 juegos de Estrellas de forma consecutiva (1981-1986), ‘El Toro’ será siempre recordado por su aparición en el Juego de Estrellas de 1986, cuando logró un récord de 5 ponches seguidos, al retirar a 5 bateadores de la Liga Americana – empatando con ello la marca de Carl Hubbell, misma seguía vigente desde 1935 –. A pesar de no haber recibido el Cy Young en esa temporada – quedó en segundo lugar –, Valenzuela fue reconocido con el premio del Guante de Oro. 

Valenzuela no sólo fue un lanzador de primer nivel. Demostrado su habilidad al bat, ‘El Toro’ recibió el premio del Bat de Plata en tres ocasiones (1981, 1983 y 1989). Incluso en un juego contra los Chicago Cubs – que por cierto, duró 2 días y 21 entradas –, los Dodgers ganaron el partido con Valenzuela jugando como jardinero derecho.

LLEGA EL JUEGO PERFECTO

Para finales de los 80s, la eficacia del ‘Toro’ comenzaba a mermar. La fuerza de sus tirabuzones y el excesivo uso de sus habilidades empezaban a cobrarle la factura al ‘Toro’. Debido a una lesión, Valenzuela tuvo que absentarse de la Serie Mundial de 1988.

A pesar de los reveses en su carrera, Valenzuela aún tenía fuerza para más. El 20 de junio de 1990, el zurdo fue llamado para abrir el juego contra los Cardenales de San Luis. El escenario no podía ser mejor: el Estadio de los Dodgers, donde por casi una década habían ocurrido sus mejores momentos.  Empero, las cosas no comenzaron bien. Desde la primera entrada, parecía que el partido sería uno como cualquier otro. El jardinero izquierdo de Los Ángeles, Kirk Gibson, falló al atrapar un elevado a su zona, y, en el séptimo inning, Valenzuela concedió dos bases por bola consecutivas. A pesar del peligro, Fernando logró colocar el séptimo cero para los Cardenales, dejando a ambos hombres en las almohadillas.

Luego llega la entrada número 9. El marcador se encontraba a 6-0 en favor de Los Ángeles. ‘El Toro’ concedió otro pasaporte, y parecía que la hazaña no sucedería. El último bateador de los Cardenales, Pedro Guerrero, su amigo y ex-compañero, representaba el último obstáculo. Haciendo uso de todas sus fuerzas, Valenzuela lanzó una recta que Guerrero bateó al centro del diamante. El segunda base, Juan Samuel, logró interceptarla, completando un doble play para dejar a los Cardenales en el terreno de juego. Tras la victoria, Fernando había conseguido la joya del pitcheo – un juego sin hit ni carrera, el primero para un pitcher mexicano en Grandes Ligas –.

COMIENZA EL DECLIVE

Con porcentaje de .435 en ganados y perdidos, con el desgaste a cuestas y a poco menos de cumplir 10 años en la organización de los Dodgers, el tradicional club lo dejó en libertad sin darle aviso con antelación. Así, después de producirle tantos éxitos y de atraer la atención de la comunidad latina en los Estados Unidos, Valenzuela dejó para siempre la novena de los Dodgers, comenzando con ello su peregrinar por la Gran Carpa. Primero con los California Angels (1991) y más tarde con los Tigres de Detroit, equipo con el que nunca jugó.

En 1992, Fernando hizo una pausa en Grandes Ligas, regresando a México para alinear con los Charros de Jalisco. Al año siguiente viste la franela de los Orioles de Baltimore, dejando récord de 8-10. Su mejor temporada tras su salida de los Dodgers fue con los Padres de San Diego en 1996, cuando lanzó para 13-8. Un año más tarde llegó a los Cardenales de San Luis, para después anunciar su retiro como jugador profesional.

Concluida su carrera como jugador, Valenzuela regresó a Los Ángeles, pero en esa ocasión como comentarista para los Dodgers. También formó parte del equipo de managers de la Selección Mexicana para el Clásico Mundial de Béisbol de 2006, 2009 y 2013. En 2017, y con la amenaza de la posible extinción de los Tigres de Quintana Roo, Valenzuela, junto a un grupo de empresarios yucatecos, decidió comprar la franquicia felina al heredero de Alejo Peralta. Gracias a ello, los Tigres siguen rugiendo en Cancún.

UN MERECIDO RECONOCIMIENTO

Valenzuela fue objeto de diversos homenajes a lo largo de su carrera. El más significativo llegaría un 13 de noviembre de 2019, fecha en el que ‘El Toro’ fue entronizado en el Salón de la Fama del Béisbol Mexicano. Sin embargo, en el béisbol de Grandes Ligas – donde jugó por 17 temporadas, ganando 173 juegos, perdiendo 153, logrando 2,074 ponches, participando en 6 juegos de estrellas y 2 Series Mundiales –, las hazañas de Valenzuela, al parecer, no han sido suficientes para ingresar al Salón de la Fama de Cooperstown. En 2003 – su primer año de elegilibilidad –, Valenzuela obtuvo sólo 31 de 496 votos (6,3% de la votación), mientras que en 2004, 19 de 506 (3,8% de la votación). Necesitando el 5% de la votación para seguir siendo considerado, ‘El Toro’ quedó fuera de la lista de aspirantes en su segundo año.

Por fortuna, y después de pasadas varias décadas, la organización de los Dodgers ha tenido a bien retirar su número 34. Del anuncio, el ex-manager de los Tomateros de Culiacán, Benjamín Gil, opinaría: “Hay un gran porcentaje de aficionados que son mexicanos que van a los Dodgers, y eso se debe aún ahorita, […] a Fernando Valenzuela. Hay muchos mexicanos en México que son aficionados de Dodgers, ya por generaciones, y eso comenzó con Fernando.”  

“[Fernando] creó más aficionados de béisbol y de los Dodgers que ningún otro jugador”, mencionó Jaime Jarrin, narrador de los partidos de los Dodgers entre 1959 y 2022. “Gracias a este chico, la gente se enamoró del béisbol, especialmente dentro de la comunidad mexicana.”

¡Muchas felicidades a Fernando Valenzuela, primer pelotero mexicano en la historia en tener un número retirado en un equipo de Grandes Ligas!.