Entra Bob Lemon al Rescate

Hay ocasiones en que los reveses del destino representan en el fondo el comienzo de una nueva etapa para nuestro crecimiento. De esto nos damos cuenta mucho tiempo después, cuando nos tomamos una pausa para reflexionar sobre nuestros pasos; incluso hay algunos de nosotros que llegamos a pasar la vida entera sin percatarnos de aquel momento que cambió todo por completo.

Bob Lemon (22/Sep/1920 – 11/Ene/2000) sabía que debía estar agradecido con la vida a pesar de sus muchos retos y de sus aparentes fracasos. Siendo un joven a punto de cumplir los 21 años de edad, Lemon logró realizar el sueño que peloteros de ayer y de hoy sólo anhelan: debutar como tercera base con los Indios de Cleveland – o “Guardianes”, como les dicen ahora… –.

El año era 1941 y el día el 9 de septiembre. Sin embargo, su debut fue menos que estelar: de los cinco juegos en los que participó, el novato logró sólamente producir un imparable en cinco turnos al bat. El año siguiente fue incluso menos glorioso: en cinco juegos no logró conectar un solo hit. Con ello, su paso por Grandes Ligas estaba más cerca del fin que del comienzo.

Mientras que la carrera de Bob Lemon se hundía, Estados Unidos combatía a los alemanes en Europa y a los japoneses en el Pacífico. Como era de esperarse, una misiva enviada por la Marina de los Estados Unidos a finales de 1942 le ordenó al joven oriundo de San Bernardino, California, reportarse para defender a su país. Esto significó para Bob Lemon – y para muchos otros, como Bob Feller y Ted Williams – que se perdería de las próximas tres temporadas de Grandes Ligas.

De 1943 a 1944, Lemon hizo su servicio militar en la Estación Aérea Naval de Los Alamitos en California. Un año más tarde, el joven de 24 años fue transferido al cuartel de Aiea en Hawái.  Fue en esta isla donde Lemon utilizaría su tiempo para formarse como pitcher. 

En 1946 regresó a Cleveland, dejando el cuadro y ofreciendo su brazo como pitcher relevista. Para 1948, Lemon era ya lanzador abridor con una temporada de 20 victorias en su haber. Ahí se asoció con Bob Feller, Early Wynn y Mike García para formar una de las rotaciones más sólidas del béisbol en su historia. Para cuando su carrera como jugador activo en Grandes Ligas terminó en 1958, Lemon tenía ya siete temporadas con 20 victorias y dos campeonatos de Serie Mundial.

También participó durante siete años consecutivos (1948-1954) en los Juegos de Estrellas, sumando una carrera de 207 victorias, 1,277 ponches, 188 juegos completos y una efectividad de 3.23. Esto sin contar su trayectoria como manager para los Kansas City Royals, los White Sox y los Yankees. Muchos comentan que haber estado en la Marina fue lo mejor que le pudo haber pasado a Bob Lemon, pues de haber éste continuado como jugador de cuadro, jamás hubiera logrado hacer una carrera memorable en Grandes Ligas.

Antes de su estelar retorno al club de los Indios de Cleveland, Lemon hizo una escala en territorio mexicano. Aceptó participar en la primera temporada de la Liga de la Costa del Pacífico (1945-1946), justo después del término de la Segunda Guerra Mundial y tras la rendición de los japoneses en el Pacífico un 2 de septiembre de 1945. Como habíamos señalado en columnas anteriores, el club de Hermosillo pasaba por un mal momento.

Tan fuertes habían sido los tropiezos del equipo y la rechifla de la afición sonorense, que Hermosillo pidió permiso a la Liga para la contratación adicional de extranjeros. Así, con bombo y platillo se anunció un 28 de noviembre de 1945 que Lemon se integraría en sus filas, haciendo su debut en el marco de la sexta serie del torneo, celebrada el 01 y 02 de diciembre de 1945. Ahí se enfrentaría por primera vez a los Tacuarineros de Culiacán.

Con 25 años de edad, Bob Lemon hizo frente al equipo dirigido por Manuel “Shorty” Arroyo, haciendo su primera aparición el 01 de diciembre de 1945. Tan memorable fue esta serie celebrada en Hermosillo, que su relato merece, a nuestro parecer, dos columnas. Lemon, quien en el primer encuentro ocupó el noveno turno al bat, pronto se dio cuenta que el nivel de pelota de la Liga de la Costa no tenía nada que temerle a un ligamayorista: fue en este primer partido cuando el americano conocería el poderoso brazo de “La Tuza” Ramírez, quien le propinó cuatro chocolates que le supieron amargos en su debut de ese sábado.

Mejor actuación tuvo el domingo 02 de diciembre por la mañana, cuando el americano castigó con tres hits a los lanzadores Lupe Ortegón y Jesús “Mú” Núñez. Ya en el juego de la tarde, Lemon se hizo cargo brevemente de las labores del pitcher, asistido por Salvador Rodríguez y Francisco Alcaraz, llevándose “La Tuza” Ramírez la triste derrota tras relevo de Guadalupe Ortegón y de Manuel Morales para un 12 a 9 a favor de los hermosillenses. Bob Lemon había llegado al Pacífico Mexicano para hacer historia.

Con el triunfo sobre Culiacán en esta serie, los sonorenses habían logrado por vez primera (y última) posicionarse en el primer lugar de este legendario torneo invernal (PCT: .563), seguidos muy de cerca por Mazatlán (PCT: .533), quienes enviaron a Guaymas al sótano (PCT: .412). Por otro lado, después de haber liderado en las últimas dos series, Culiacán había caído a un tibio tercer sitio (PCT: .500) como consecuencia de la derrota sufrida en Hermosillo.

Sin embargo, muy a pesar del triunfo, existían problemas serios en el dugout de Hermosillo: al término de esta serie se anunció que Joe Valenzuela y Thomas Turner abandonaban la escuadra sonorense, amenazando con jamás volver.