El Bombástico Debut de ‘Rip’ Russell con Culiacán

El Año Nuevo de 1946 trajo un gran avance tecnológico al béisbol del Pacífico mexicano, mismo que llegó para quedarse. Fue el domingo 06 de enero de 1946 cuando el primer juego de la Liga de la Costa del Pacífico fue difundido por la radio, siendo la estación XEAB de Hermosillo la encargada de emitir la transmisión deportiva a cientos de hogares mexicanos.

Gracias a este medio de comunicación, la pelota del Noroeste tuvo un alcance sin precedentes, haciendo posible que la afición – con un poco de imaginación de su parte – pudiera disfrutar de los partidos de béisbol desde la comodidad de sus casas y sin la necesidad de hacer aquellos tortuosos viajes por las carreteras y caminos de la época hacia las principales urbes de Sonora y Sinaloa.

Con gran pasión, la emisora se encargó de narrar dos de los tres encuentros entre los Tacuarineros de Culiacán y los Presidentes de Hermosillo, celebrados en función doble aquel lejano Día de Reyes de 1946 y en el marco de la onceava serie del torneo. Otra novedad de esta serie fue también el debut del americano Glen “Rip” Russell (26/Ene/1915 – 26/Sep/1976) con Culiacán – apodado cariñosamente por la afición guinda como “El Pepsi-Cola”, debido a su imponente altura (6’01 ó 1.85m) y haciendo referencia a la larga botella de medio litro de la famosa refresquera –.

Fenomenal fue la llegada del ligamayorista de 30 años de edad a la escuadra de Arroyo, la cual al cierre del año anterior se encontraba en el sótano (PCT: .379) y a 7 juegos del líder, Mazatlán (PCT: .621). Por otro lado, el rival Hermosillo estaba empatado con Guaymas (PCT: .500), luego de la derrota sufrida ante el puerto sinaloense. La serie que volvió a reunir a ambas escuadras capitalinas comenzó con el pie derecho para los Tacuarineros, quienes arrasaron en su primer juego del sábado 05 con blanqueada de 7 carreras por 0.

“El Viejo” López Palafox – manager del club hermosillense –, tuvo que tragarse su coraje, al ver cómo “La Tuza” Ramírez le colgaba las 9 argollas al club de Hermosillo y a pesar de haber enviado al ligamayorista Bob Lemon al centro del diamante.

Llegó el segundo juego de la serie, donde el nuevo titular de la primera base de los Tacuarineros, Glen “Rip” Russell, dio una gran impresión. Conectó dos cuadrangulares en el partido – cayendo el segundo en el noveno episodio y con la casa llena – para el júbilo de la afición, quienes desde Culiacán seguían con atención cada segundo de la transmisión del juego por la radio.

Eddie Chandler (17/Feb/1917 – 06/Jul/2003), lanzador ligamayorista oriundo de Alabama y quien también debutara con Hermosillo en aquel partido, se llevó el descalabro al son de 10 carreras por 7 – Aquí cabe preguntar, ¿cómo habrá sentido Chandler al final del partido, cuando el último aficionado abandonaba las gradas de madera, en la soledad de sus pensamientos, al saber que, teniendo una ventaja de 7 carreras contra sólo 4, el contrario logró darle la vuelta a las cosas con 6 anotaciones adicionales en el último episodio? –.

Sobra decir que Russell llegó a la novena de Arroyo con el bat encendido. Esa misma tarde, en el partido de cierre de la serie, el americano pegó un tercer homerun, ayudando al equipo a ganar por paliza a una desmoralizada escuadra hermosillense con un escandaloso 17 a 6.

A diferencia de sus contemporáneos, Glen David Russell llegó al béisbol de la costa mexicana sin haber hecho escala alguna en el ejército o la marina tras el desenlace de la Segunda Guerra Mundial. Con el país del norte entrando al conflicto armado tras el ataque a Pearl Harbor la mañana del 07 de diciembre de 1941, los directivos del mejor béisbol del mundo no sabían qué hacer con la próxima temporada.

Por ello, Franklin D. Roosevelt respondió a esa interrogante con una misiva enviada al comisionado de béisbol de la época, Kenesaw Mountain Landis, diciendo: «Sinceramente, creo que lo mejor para el país sería mantener el béisbol”. “…Habrá menos desempleados y todos trabajarán más y más duro que nunca. Y eso significa que tendrán más oportunidades para relajarse y distraerse del trabajo que antes.” El béisbol cumplió con su parte al levantar la moral de los norteamericanos. Fue también desde esta época que el himno nacional comenzó a escucharse al comienzo de cada partido.

Gracias a la decisión de Roosevelt fue que peloteros como Russell tuvieron la oportunidad de seguir jugando y dedicarse a otras actividades a favor del esfuerzo de guerra – como la manufactura y la agricultura, siendo ésta última donde Russell contribuyó desde su granja – sin tener que arriesgar sus vidas en Europa o el Pacífico. Multifacético, el pelotero oriundo de Los Ángeles, California, no sólo se dedicó al béisbol o al cultivo de alimentos, sino que también trabajó buscando oro con su abuelo tras concluir sus estudios en la Bell High School de California.

Russell fue descubierto y firmado en una “escuela de novatos” dirigida por los Angelinos de L.A. de la Pacífic Coast League. Con ellos jugó de 1936 a 1938 y de 1943 a 1945. Fue en 1935 cuando se ganó el apodo de “Rip” – en Español, “rotura” –, cuando, estando en Pampa, Texas, se rasgó los pantalones, la camisa y la piel al accidentarse mientras intentaba protegerse de una tormenta de polvo en las calles de esta ciudad.

“Rip” ingresó a Ligas Mayores con los Chicago Cubs en 1939, jugando con esta escuadra durante cuatro años (1939-42), antes de unirse a los Boston Red Sox (1946-47). En una carrera de seis años en las mayores, Russell bateó para 0.245 (344 de 1,402 turnos al bat) con 29 homeruns y 192 carreras impulsadas en 425 juegos – incluyendo 133 carreras, 52 dobles, 8 triples y 4 bases robadas –.  Se retiró del béisbol profesional en 1948 – tras  un breve paso por Triple A (Sacramento, Hollywood Stars, Toledo Mud Hens) –, después de lastimarse aquel brazo que produjo todos esos fantásticos cuadrangulares con los Tacuarineros en 1946 y que le dieron a Culiacán una esperanza de salir del sótano.

Con este fabuloso debut con la escuadra guinda, el angelino – quien, en entrevista, confesó haber tenido grandes dificultades con las barreras idiomáticas y culturales en su estadía en territorio mexicano – estuvo a punto de convertirse en campeón jonronero de la naciente Liga de la Costa del Pacífico (1945-46) – quedándose a sólo 1 homerun del récord establecido por Manuel Magallón (6) al término de la temporada, y a pesar de haber llegado tarde a la fiesta –.

Perdida la onceava serie del torneo, Hermosillo cayó al tercer lugar del tablero (PCT: .455), abriéndole el paso a Guaymas (PCT: .485) en la contienda contra Mazatlán (PCT: .625) y quedando casi a la par con Culiacán (PCT: .438). Con el retroceso, la afición capitalina volcó su furia contra el manager sonorense, Francisco “Viejo” López, pidiendo su destitución. Frustrado, y viendo que su trabajo no era apreciado ni por la directiva, ni por los accionistas, ni por el público en general, el gran señor del beisbol manifestó su sentir en una carta abierta que envió a los más importantes periódicos de Sonora, misma que tuvo graves consecuencias…