El Primero es Baldomero
Corría el año de 1933 cuando el Gerente General de los Medias Rojas, ‘Eddie’ Collins, necesitaba dos jugadores para su novena. Decidió emprender un viaje con destino a la costa oeste de los Estados Unidos, tras oír los rumores sobre un jugador de segunda base de los Indios de Seattle de la Pacific Coast League, llamado Freddie Muller. Al llegar a Seattle, Collins compró los derechos de Muller junto con los de otro jugador de origen mexicano por un precio total de $40,000 USD. Mientras que Muller permanecería con los Medias Rojas por solo 17 juegos y sin hacer gran impacto, el mexicano, llamado por todos ‘Mel’, sería otra historia.
Baldomero ‘Mel’ Almada Quirós – mejor conocido en México como ‘Melo’ Almada – nació en Huatabampo, Sonora, un 07 de febrero de 1913. Provenía de una familia española de alcurnia. Fue tataranieto de Don José María Almada, propietario de una de las minas de plata más grandes en México en aquella época. Sin embargo, con el inicio de la lucha armada ocasionada por la Revolución Mexicana, las cosas cambiaron para la familia Almada.
“La revolución es el huracán, y el hombre que se entrega a ella no es ya el hombre, es la miserable hoja seca arrebatada por el vendaval…”, escribió Mariano Arzuela. El padre de ‘Mel’, el Sr. Baldomero Almada, era partidario de la causa revolucionaria, así como un amigo personal del general sonorense Álvaro Obregón. Al apoyar a Obregón y Carranza, el entonces presidente usurpador, Victoriano Huerta, giró una orden de fusilar a Almada. Con la finalidad de protegerse a sí mismo y a los suyos, el Sr. Baldomero Almada, mudó a su familia a Tucson y, posteriormente, a Los Ángeles, donde fungiría como Cónsul Mexicano bajo encomienda del futuro Presidente Obregón. ‘Mel’ tenía solo un año y medio cuando llegó a los Estados Unidos.
En el país vecino del norte, el joven Almada no tardó mucho en desarrollar sus grandes talentos como atleta. Según relata el escritor Alex Coffey, Almada destacó en el fútbol americano, en béisbol y en atletismo, estableciendo un récord en el sur de California en salto de longitud. Después de que su hermano mayor, Luis – mejor conocido en Estados Unidos como ‘Lou’ – comenzara a jugar con los Indios de Seattle, ‘Mel’ firmó con este equipo en 1932, sin saber realmente en qué posición jugaría. El manager George Burns lo colocó en el jardín derecho, donde registró un porcentaje de fildeo superior a .900.
Cuando Collins llegó con la intención de adquirir jugadores para los Medias Rojas de 1933, Almada estaba produciendo números difíciles de ignorar. Con promedio de bateo de .323, 204 hits y un slugging de .435, Collins exclamó: “Ustedes tienen un buen prospecto en ese joven Almada. Y si quieren tenerlo en [Grandes Ligas], también lo compraré. Se ve rápido y se perfila como un buen bateador.”
Alineando con los Medias Rojas, Almada debutó en Fenway Park el 8 de septiembre de 1933 en doble cartelera. Con ello, Almada se convertiría en el primer nativo de México en jugar béisbol de Grandes Ligas.
El debut de Almada fue excelente, pero los Medias Rojas de Boston terminaron perdiendo ambos juegos ante Detroit. No obstante, así como había sido con Collins, los periódicos de Nueva Inglaterra se llevaron una gran impresión con el novato.
“El trabajo de Almada es un punto brillante en la doble derrota de los Medias Rojas”, publicó el Boston Globe el 9 de septiembre, luego de que Almada registrara una base por bolas y dos hits en sus primeros juegos. “Casi el único consuelo que la multitud obtuvo del juego fue el buen trabajo de Almada, un nuevo jardinero, quien se mostró maravillosamente en su primera aparición como jugador de Grandes Ligas […] Produjo un hit en cada juego y dos buenas atrapadas en los jardines y, en conjunto, hizo una actuación maravillosa.”
Almada terminó su primera temporada con .341 de bateo en 14 juegos. La revista Collier publicó un artículo de tres páginas sobre el novato, proclamándolo “El Extraordinario Embajador de México en el Béisbol”: “[…] no solo es el primer mexicano real en entrar a Ligas Mayores y quedarse, sino […] también es poco probable que algún otro jugador en la historia del pasatiempo nacional tenga un trasfondo personal más orgulloso o pintoresco.”
Almada militó con los Medias Rojas durante cinco temporadas – de 1933 a 1937 –. Apareció en 316 juegos con un promedio de bateo de .272. Impulsó 102 carreras, jugando las tres posiciones de los jardines y apareciendo en siete juegos como primera base. Su mejor temporada en esta organización fue en 1935, cuando bateó para .290 en 151 juegos, con 176 hits, 3 cuadrangulares y 59 carreras impulsadas.
Almada llegó a los Senadores de Washington en 1937, como parte de un canje de cinco jugadores. A pesar de su sólido comienzo con Boston, fue en Washington donde ‘Mel’ sintió que su bateo mejoró al máximo. Agradecido, Almada acreditó su mejoría en este rubro al futuro miembro del Salón de la Fama en Cooperstown y quien entonces fungía como manager de los Senadores, ‘Bucky’ Harris.
“’Bucky’ me dijo que era un bateador nato”, comentó Almada al periódico Los Angeles Times, “y que podría llegar más lejos si usara un bate más pesado – treinta y cinco onzas en lugar de treinta y tres –, cambiara mi postura y esperara a los buenos lanzamientos.”
Los cambios que hizo Almada en su bateo le funcionaron muy bien, ya que registró una impresionante racha de hits en 29 juegos en la temporada siguiente con los St. Louis Browns. Según la Society of American Baseball Research (SABR), fue la tercera racha más larga de un jugador hispano de Grandes Ligas en el Siglo XX.
Después de una temporada con los Brooklyn Dodgers en 1939, Almada dejó las Ligas Mayores, jugando con los Sacramento Solons de Triple A en 1940 y dirigiendo a equipos en México durante la década posterior.
Algunos años después de la Segunda Guerra, Almada pasó los inviernos liderando a los Mayos de Navojoa de la Liga de la Costa del Pacífico. De acuerdo con la Enciclopedia del Béisbol Mexicano, ‘Mel’ estuvo al frente de esta novena en las temporadas 1953-54, 1955-56, así como 1956-57. Después de su retiro del béisbol profesional, Almada vivió a principios de la década de los 80 en Tucson, Arizona.
Almada tuvo cuatro hijos: Miguel, Eduardo, Lydia y Cecilia. Su hijo Eduardo es cronista de la Liga Mexicana del Pacífico con los Mayos de Navojoa y columnista. Ha hecho trabajos de televisión para los Arizona Diamondbacks, así como para Televisa, Megacable y SKY. También se ha desempeñado como directivo o consultor para algunos equipos. Estudioso y profundo conocedor de las entrañas del beisbol.
Baldomero ‘Mel’ Almada falleció de una dolencia cardíaca el 13 de agosto de 1988 en Caborca, Sonora. Su hermano mayor ‘Lou’ le siguió los pasos en 2005. A pesar de haberse marchado de este mundo desde hace mucho tiempo, ‘Mel’ aún es recordado con mucho reconocimiento y cariño en México.
En 1973, Almada fue una de las figuras nombradas por un comité especial para la inauguración del Salón de la Fama en Monterrey. Dicha ceremonia contó con la presencia de Bowie Kuhn, Comisionado de Béisbol de Grandes Ligas (1969-1984). Al dirigirse a los asistentes, Kuhn puntualizó una anécdota de su juventud cuando vendía palomitas en el estadio. El joven interrumpía su labor cada vez que veía salir un batazo hacia los rumbos de Almada o cada vez que era su turno al bat, debido a la “velocidad, entrega y acrobacia” del mexicano.
“Recuerdo que cuando era un niño de 10 años en Washington D.C., salía a ver a mi primer héroe del béisbol, ‘Mel’ Almada”, agregó Kuhn en su discurso. “Es una gran emoción para mí ver hoy a mi héroe de la infancia consagrado en [el] Salón de la Fama Mexicano”.
Baldomero Almada es reconocido como un ícono y una gran inspiración para todos los peloteros mexicanos que tienen el gran sueño de llegar a Grandes Ligas. Su lugar en la historia como el primer pelotero nacido en México en Grandes Ligas es para la eternidad.
Interesantemente, esta semana acabamos de enterarnos de la existencia del primer pelotero con raíces mexicanas que llegara al Gran Show mucho antes que el Sonorense. Los detalles sobre su vida y trayectoria los revelaremos en la entrega de la próxima semana…