La Tormenta se vuelve Ciclón
No cabe duda que Sonora – semillero de grandes talentos del béisbol mexicano e internacional – sabe muy bien honrar y preservar la memoria de aquellos quienes entregaron su vida al Rey de los Deportes con la designación de sus estadios. Junto al Fernando M. Ortiz (Hermosillo), al Tomás Oroz Gaytán (Ciudad Obregón) así como al más reciente Francisco León García (Puerto Peñasco), existe en la capital sonorense un estadio que orgullosamente lleva el nombre del mejor bateador mexicano de todos los tiempos y fiel miembro del equipo de los Naranjeros de Hermosillo, Héctor Espino.
Por si esto fuera poco, la ciudad de Navojoa – lugar de origen del General Álvaro Obregón – decidió rendir honor a uno de los más célebres serpentineros que ha producido el béisbol profesional mexicano, nombrando un 9 de octubre de 1978 a su estadio municipal con el nombre de Manuel Echeverría.
Nacido un 14 de agosto de 1913 y conocido en el medio deportivo como ‘El Ciclón’, Manuel Echeverría es recordado por ser pieza clave de los equipos de Hermosillo y de su natal Navojoa. En las primeras cinco temporadas de la Liga de la Costa del Pacífico, Echeverría se distinguió por lanzar en 109 de los 279 juegos que celebró Hermosillo – es decir en 39% de ellos. En ese período, Hermosillo tuvo un récord de 135-144 en ganados y perdidos, de los cuales Echeverría entregaría 54-33 – o sea un 40% de los triunfos de este club.
Recordado por sus compañeros por estar siempre dispuesto a subir a la loma de las responsabilidades en momentos de urgencia, ‘El Ciclón’ Echeverría encontraría su fin un inesperado 14 de octubre de 1981, a consecuencia de un paro cardiaco durante un juego de softbol en el Estadio Municipal de La Paz, B.C.S., en el mismo lugar en donde él había pasado los mejores años de su vida: en la loma de pitcheo.
‘El Ciclón’ Echeverría, quien un 10 de noviembre de 1945 hiciera su debut en la Liga de la Costa del Pacífico con una majestuosa victoria sobre los Ostioneros de Guaymas, comenzaría rápidamente a dejar su sello muy personal a lo largo de este certamen.
Con la cuarta serie de la primera edición de este torneo a la vuelta de la esquina, las cuatro escuadras participantes se encontraban distribuídas en el ranking de la siguiente manera: Tras la victoria sobre su acérrimo rival porteño, los Tacuarineros de Culiacán habían logrado alcanzar el liderazgo (PCT: .571), seguidos muy de cerca por los Ostioneros de Guaymas y los Venados de Mazatlán (con PCT de .500 cada uno), mientras que, con 4 derrotas, 2 empates y 3 juegos ganados, el equipo capitaneado por ‘El Viejo’ López, los Presidentes de Hermosillo, se encontraba aún en un remoto cuarto lugar en el ranking (PCT: .429).
Los partidos de la cuarta serie se llevaron a cabo en los puertos de Mazatlán y Guaymas, con los Presidentes haciendo una visita a los Venados y los Ostioneros dando la bienvenida a los Tacuarineros. En el primer juego de la serie entre Hermosillo y Mazatlán, celebrado el viernes 16 de noviembre de 1945, Joe Valenzuela logró alcanzar la victoria con el apoyo de Manuel ‘Ciclón’ Echeverría, quienes vencieron a Daniel ‘Coyota’ Rios con un decisivo 5-2 en la Perla del Pacífico.
Más emocionante fue aún el cerrado partido del domingo siguiente, en el cual Echeverría llevaba un impecable juego contra Guadalupe Ríos, dándole a Hermosillo una ventaja de 5-4. Sin embargo, el béisbol, tan impredecible como la vida misma, nos da a veces sorpresas inesperadas: Con dos outs en la octava entrada y con la casa llena, Claudio Solano – conocido en el medio como ‘El Cometa de Carbó’ – recogió una rola lenta producida por el bat del venado Guillermo Garibay y, en una fracción de segundo, perdió el partido con un mal tiro de tercera a primera, permitiendo dos carreras del equipo porteño para lo que más tarde se convertiría en un 5-7 a favor de Mazatlán.
A pesar del desafortunado desenlace de este segundo encuentro, la confianza infundida al equipo capitalino gracias al espíritu de pelea del ‘Ciclón’ Echeverría les permitiría a los sonorenses imponerse en el último partido de la serie, celebrado un martes 20 de noviembre. Con 7 carreras sobre 6, Hermosillo logró salir airoso de su encuentro con Mazatlán en un partido de 8 entradas – mismo que fue suspendido por falta de visibilidad –, con lanzamientos de Lin Sánchez, Thomas Turner y Joe Valenzuela.
Ambas victorias en aquel inolvidable fin de semana fueron muy importantes para el equipo sonorense, el cual, al final de esta serie llena de desenlaces inesperados, logró colarse a un sorprendente segundo lugar (PCT: .500) bajo el líder Culiacán (PCT: .600) – quienes en esa serie terminaron dándole la peor paliza de este certamen a Guaymas. Con ello, ambas ciudades capitales habían logrado vencer a los dos gigantes porteños – quienes habían dominado en los primeros encuentros de esta temporada –, enviando a Guaymas a un tercer lugar (PCT: .455) y, sorprendentemente, a Mazatlán al último sitio de la pizarra (PCT: .444).
Para beneficio de la afición beisbolera, el nivel de los equipos participantes del torneo comenzaba a ponerse muy parejo y los equipos seguirían dando estupendas actuaciones en las siguientes series.